Dormir bien depende de muchos factores, pero hay uno que casi todos pasamos por alto: el estado real del colchón. Un colchón viejo o deformado no solo afecta tu descanso, también puede provocar dolores de espalda, contracturas y falta de energía durante el día.
En Tu Colchón, asesoramos a diario a personas que creen que “duermen mal”, cuando en realidad su colchón ya perdió las condiciones ideales. Si querés saber si el tuyo necesita un cambio, acá te dejamos una guía práctica 👇
1. La edad del colchón –> El primer indicio es el tiempo de uso.
Aunque los materiales modernos duran más que antes, la mayoría de los colchones tiene una vida útil promedio de 7 a 10 años.
Los de espuma suelen perder firmeza a los 5 o 6 años.
Los de resortes Bonell pueden durar entre 7 y 8 años.
Los de resortes pocket o espuma viscoelástica pueden superar los 10 años si se cuidan correctamente.
👉 Si tu colchón tiene más de una década, aunque se vea bien, probablemente ya no ofrece el mismo soporte.
2. Cambios en el soporte o hundimientos
Uno de los signos más claros es cuando el colchón se hunde o pierde nivel en ciertas zonas.
Esto hace que la columna no se mantenga alineada y el cuerpo se hunda más de un lado.
Probá esto: acostate al centro y luego en los bordes.
Si notás que tu cuerpo se desliza hacia una depresión o cuesta moverte, el colchón ya perdió soporte.
3. Incomodidad o despertares frecuentes
Si te levantás con sensación de cansancio, contracturas o dolor lumbar, puede ser que el colchón ya no esté brindando el soporte adecuado. A veces el cuerpo se acostumbra al mal descanso y no lo notamos hasta que probamos un colchón nuevo, ya que un colchón desgastado obliga a los músculos a compensar la mala postura toda la noche, lo que causa rigidez y fatiga.
4. Olores, manchas o alergias
Con el paso de los años, los colchones acumulan polvo, humedad y ácaros, incluso con buenos cuidados.
Si empezás a notar olores, alergias o irritaciones respiratorias, puede ser momento de reemplazarlo. Usar un protector de colchón impermeable y lavable ayuda a extender su vida útil y mantener una buena higiene.
5. Cambios en tu cuerpo o tus hábitos
Tu colchón puede estar en buen estado, pero tu cuerpo cambió: peso, postura o necesidades físicas.
Por ejemplo, alguien que desarrolló dolor lumbar o empezó a dormir en pareja puede necesitar un modelo distinto al que usaba antes.
👉 Renovar el colchón no solo es una cuestión de tiempo: también de adaptación a tu momento actual.
En resumen
Un colchón no se cambia solo porque se vea viejo: se cambia cuando ya no cuida tu descanso.
Si notás hundimientos, despertares frecuentes, dolores o más de 8 años de uso, es momento de evaluarlo.
En Tu Colchón, te ayudamos a encontrar el modelo ideal según tu peso, postura y necesidades reales.
Podés escribirnos por WhatsApp o visitarnos en nuestro local para probarlos personalmente y sentir la diferencia desde la primera noche.